Barça 105 Febrero - Marzo de 2021 | Page 105

Ferrão ha vivido un año de contrastes . Del quirófano , a la camilla del fisioterapeuta ; después la soledad del gimnasio ; el confinamiento , que complicaba el trabajo de recuperación ; la alegría del regreso con el equipo y los logros de la Champions y el premio al mejor jugador del mundo .
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Ferrão vive instalado en

la sonrisa permanente . Transmite carisma y alegría , en los momentos buenos y también en los malos . Es un futbolista único y una persona optimista y generosa . Un luchador con un carácter competitivo fuera de serie que le permite hacer cosas extraordinarias , dentro y fuera de la pista . Por eso cuando se rompió el tendón de Aquiles aquel fatídico 27 ​de noviembre de 2019 en el Palau nadie le creía cuando decía : “ Volveré para la Final Four de la Champions ”. Tampoco nadie se atrevía a llevarle la contraria . Pero el reto era imposible ( o casi ), teniendo en cuenta que hablaba de volver en abril , menos de cinco meses después de operarse .
CARA Y CRUZ DE LA PANDEMIA

Aprincipios de marzo su recuperación iba por buen camino , pero estaba lejos de cumplir el objetivo de volver en abril . Y fue entonces cuando el mundo se detuvo por la pandemia . Esto tuvo dos consecuencias a nivel personal para Ferrão : la negativa , se complicaba la recuperación porque debería trabajar en solitario ; y la positiva , ganaba tiempo . La final de la Champions se aplazaba sine die , y se acabaría jugando a principios de octubre . Si todo iba bien podría terminar cumpliendo su palabra , pero aún quedaba mucho trabajo por hacer .

HABRÍA PODIDO SER FUTBOLISTA

Ferrão casi siempre acaba cumpliendo sus promesas , pero no todos los precedentes invitaban al optimismo . Con 17 años prometió a su padre , exjugador profesional de fútbol con el Chapecoense de Brasil , que aparcaría el fútbol sala y probaría suerte como futbo-