la alegría de la emoción del equipo de Lluís Cortés con el silbato final . La silenciosa grada contrastaba con la euforia sobre el césped del momento en que la ‘ 6 ’ culé levantaba en alto el trofeo , cerrando unos ojos que explicaban muchísimas cosas . Descifraban el esfuerzo , el sacrificio , la lucha y las horas dedicadas para llegar hasta aquí . Revelaba las noches soñando con este momento . Y sobre todo , expresaba esas ganas de compartir un sentimiento que en aquellos momentos invadía a todos los culés desde casa . A través de una pantalla , muchísimas familias entonaban el himno del Barça mientras el equipo tocaba el cielo . “ Todo el campo es un clamor : somos la gente azulgrana ”, resonaba en las cuatro paredes del estadio sueco y , al mismo tiempo , a las de cada domicilio barcelonista .
Faltaba la jugadora número 12 , la afición incondicional , y la centrocampista de Terrassa quiso representarla con un clásico , siempre presente en las celebraciones . Desde la grada del Gamla Ullevi , afinaba el mítico “ Un día de partido ...”, con réplica de las compañeras desde el césped . Todas ellas conscientes de que este instante se repetiría unos días después , en un Johan Cruyff que no podría estar lleno de culés , pero sí lleno de corazón y alma .