Barça 107 Junio - Julio de 2021 | Page 93

Recuerdo el día que arrancó la temporada 2008 / 09 de la Barça Escuela ( en aquella época FCBEscola ). Llegado el momento se anunciaron los nombres de los niños que formarían parte del equipo Dani Alves , que ese año me correspondió entrenar . Una vez se pronunciaba su nombre , los niños y niñas se levantaban y venían a dar la mano al entrenador , que los acogía y luego se presentaba personalmente a sus familias . Un hombre muy educado se dirigió a mí , diciendo que era el primer año de su hijo en la Escuela y que venían de Martorell . Aquel niño desbordaba ilusión , no veía el momento de empezar a tocar balón . Además tenía pinta de ser muy futbolero , y muy culé . Llevaba el pecho bien inflado con su camiseta de entrenamiento roja y el escudo del Barça por delante , orgulloso de estar luciendo aquella indumentaria . El adulto en cuestión era Sergio , y su hijo , Èric Garcia . Sólo empezar los entrenamientos , mi primer pensamiento fue “ este niño durará un año aquí ”. Èric era un jugador espléndido , seguramente el mejor de su edad en los 8 equipos de la Barça Escuela . El perfil de jugador de Èric era el de un central con muy

buena visión de juego desde atrás . Capaz de saber cuándo conducir y fijar , cuándo atraer repitiendo pasada , cuándo mirar profundo . En varios partidos recibiendo ya en campo contrario era valiente para sortear rivales y hacer goles , pero nunca en un sentido egoísta , sino porque la situación del juego invitaba a probarlo .
En los rondos y juegos de posición casi no perdía balones . Se perfilaba muy bien , miraba antes de recibir , los controles eran suaves y medidos , los pases siempre con ventaja para la siguiente acción del compañero . Además , de forma innata , entendía muy bien el juego , habitualmente to-