BALONMANO
MI FINAL FOUR MÁS ESPECIAL
POR DOMEN MAKUC
B A R Ç A N 1 2 0
De repente se apagan las luces . Todo está oscuro . Puedo oír mi respiración y la de mis compañeros alrededor . Por fin acierto a distinguir un eco que grita : " Domen Makuc ". Es el speaker del Lanxess Arena . Justo ahí , en ese preciso momento , me doy cuenta . Estoy en la Final Four : van a empezar las semifinales de la EHF Champions League . Vuelvo a la vida . Hago una carrera desde el túnel de vestuarios hasta el centro de la pista , saludo y ... ¡ a por ello ! Lo sé desde mucho antes de la presentación . Sé que lo normal sería no jugar en esta Final Four . He estado nueve meses fuera de las pistas por mi lesión de rodilla y apenas he jugado cinco partidos en este tramo final . O , mejor dicho , cinco ratitos . No tengo el ritmo para una semifinal como la de hoy , en Colonia . Pero aquí estoy . Vestido y , de inicio , en el banquillo . El Kiel es un rival temible . Da igual que no haya hecho su mejor temporada en la Liga , es un equipo que ha jugado muchas veces estos partidos . Wiencek , Duvnjak , Pekeler , Johansson , Bilyk … Nombres que hablan por sí mismos . Pero el Barça es el Barça . Este Barça es este Barça . Y salimos a demostrarlo desde el primer minuto . La energía que llega de la pista al banquillo es tremenda . Estamos volando . Nielsen es un muro , corremos al contraataque , todo funciona . Llegamos al descanso 15-9 y con la moral por las nubes . Las caras en el vestuario no engañan : no perderemos esta ventaja . Hemos olido sangre y vamos a destrozar al Kiel . Queremos agarrar esa final con las dos manos . Y así lo hacemos . Salimos en la reanudación como lobos . Faltan 10 minutos y ya está casi todo decidido . Miro de reojo y Ortega busca en el banquillo . Sus ojos se paran en mí . Me ordena quitarme el chándal y salir a la pista . Se
palpa la emoción en el banquillo . Todos se alegran por mí , después de lo que he pasado . Yo intento separar todo lo que siento , ese nudo en el estómago , y me concentro en salir , disfrutar y hacer jugar bien al equipo . Los primeros minutos en pista van bien . Me siento suelto . Busco jugar fácil , darle ritmo al ataque . En una de estas , veo un hueco a la espalda del 6:0 alemán . Lo busco y mi compatriota Blaz Janc me encuentra con un pase picado . Salto solo desde los seis metros . Como si no costara , como si el tiempo no hubiera pasado , la meto por la escuadra de un muñecazo . Qué sentimiento tan bonito al ver la caricia en la red . Vuelvo al banquillo y todo son abrazos . La exhibición contra el Kiel ya es historia el domingo por la mañana . Solo pensamos en la final contra el Aalborg . Sería mi tercera Champions en los cuatro años que llevo en Barcelona . Esta la he vivido de un modo distinto , centrado desde el primer día de temporada en recuperarme . Ahora toca disfrutar y ayudar . Las horas de gimnasio y trabajo me han traído a Colonia . En la final , igual que en la semifinal , sé que lo normal es que no juegue . Y así pasa . Va todo tan apretado que el banquillo se convierte por momentos en una silla eléctrica . Tengo confianza ciega en este equipo , pero no soy de piedra . Tampoco lo es Mikkel Hansen , que se quiebra en cuanto su último lanzamiento , para llevar la final a la prórroga , tropieza en el larguero . Estalla la locura . Somos campeones de Europa . Lo hemos hecho otra vez . Y he podido vivirlo con el equipo , algo que ni los más optimistas pronosticaban en agosto , cuando me rompí en el primer partido de pretemporada . La celebración me la guardo para mí . Solo la resumiré así : este equipo es increíble .