H abía muchas ganas de que el balón volviera a rodar sobre el césped del Spotify Camp Nou y, 895 días después de la última vez, así fue. El entreno a puertas abiertas que el primer equipo masculino realizó el 7 de noviembre sirvió como primera toma de contacto para los jugadores, para el cuerpo técnico y para los 21.795 culés que llenaron de ilusión las gradas de la casa de todos los barcelonistas. La nueva casa, la casa de siempre.
Las puertas se abrieron a las 9:30 h y los seguidores y seguidoras— muchos de los cuales ya hacían cola desde hacía tiempo— empezaron a saborear e inmortalizar una mañana para el recuerdo. Niños, niñas, familias enteras vivieron un día diferente, especial y solidario, ya que la recaudación íntegra de los cinco euros que costaba cada entrada se destinó al proyecto Pulseras Blaugranas de la Fundació del FC Barcelona.
Lo que para el Club sirvió como test para preparar el regreso definitivo a la competición, para la afición significó rememorar las veces que habían sido felices e imaginar las que querían volver a serlo. Tras un preludio
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