Arriba, la portada del semanario ' Xut!' del 24 de junio de 1925-con un chiste de Valentí Castanys-, la contraportada de ' Xut!' del 1 de julio de ese año-con un chiste de Ricard Opisso-, la ficha del partido en la que hubo el silbido y un carnet de socio del FC Barcelona del año 1925.
gen de la ley, como demuestra una curiosa anécdota que el 3 de agosto protagonizó un sabadellense llamado Emili Bragulat, detenido por la policía bajo la acusación de pasear por la Rambla de Sabadell luciendo una insignia del Barça.
LA SOLIDARIDAD CON EL CLUB
Otro club que no hubiera sido el Barça habría estado en peligro de desaparecer ante una medida como esta, pero el FC Barcelona era ya entonces una entidad fuerte y consolidada, con una afición fiel, por lo que pudo superar el golpe con facilidad. Los 10.000 socios siguieron pagando religiosamente su cuota e incluso se produjeron menos bajas que en tiempos normales. Se dio el insólito caso de que muchos ciudadanos que no eran aficionados al fútbol hicieron donativos para ayudar económicamente al Club, como una muestra implícita de rechazo a la dictadura. Además, la Banca Jover abrió una cuenta de cinco mil pesetas en favor del Barça y ningún jugador barcelonista abandonó al equipo en esas circunstancias tan extremas.
EL EPÍLOGO
El 17 de diciembre de 1925, una vez cumplida la sanción impuesta, el nuevo presidente del Fútbol Club Barcelona fue Arcadi Balaguer, aristócrata y amigo personal del rey Alfonso XIII. Con Balaguer a la cabeza, en principio el Barça pasó a ser bien visto por las autoridades de la dictadura. Cinco días después, a las 14.15 horas, los jugadores del Barça pudieron realizar su primer entrenamiento en el estadio de Les Corts después de seis meses sin ejercitarse bajo la disciplina azulgrana.
Años más tarde, el ambiente de libertad y euforia popular que supuso la proclamación de la II República española hizo posible que el 21 de junio de 1931 el Barça pudiera organizar un nuevo homenaje al Orfeó Català. A diferencia de lo vivido en 1925, el clima político y social soplaba a favor de la iniciativa. Ese día, en la media parte de un partido amistoso entre el FC Barcelona y el Zaragoza, se entregó un pergamino a los responsables del Orfeó y un lazo para embellecer la bandera. El texto-obra de los artistas y socios azulgranas Utrillo y Joan M. Guasch, maestro en Gai Saber y antiguo directivo barcelonista-, era el mismo que al fin y al cabo no se pudo ofrecer al Orfeó en aquella funesta tarde del 14 de junio de 1925:“ Avui a Catalunya, l’ art i l’ esport són dues columnes bessones que aixequen cel amunt la bandera invisible de la Pàtria. La Pàtria nova s’ està forjant. Sota el mall de dolor la joventut espurneja. Vosaltres tot cantant i nosaltres tot jugant, treballem dia i nit per la glòria d’ una raça. Amics de l’ Orfeó, columna germana: el teu gran triomf a Roma oreja el nostre front. Per la victòria d’ avui, per la lluita de demà, el FC Barcelona vol viure al teu costat”.
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